martes, 1 de mayo de 2012

Racional


Hoy hace exactamente once meses de mi última entrada publicada, ¡parece un buen día para publicar otra! No sé si empezaré a escribir de forma regular, o este breve articulillo es fruto de un brote repentino de inspiración. De cualquier manera, aquí está.


 Uno de los criterios con los que juzgamos el comportamiento humano es la racionalidad del mismo. La racionalidad es la capacidad de evaluar la situación y reaccionar de la manera idónea para lograr un objetivo. Según esta definición, una acción será racional si nos acerca al objetivo que perseguimos.


 ¿Pero cuál es el objetivo que perseguimos las personas? Hay muchas posibilidades; ser felices, hacer el bien, ir al cielo, o puede que cada persona tenga el suyo propio, da igual, no es la finalidad de esta entrada reflexionar sobre el sentido de la vida. Sea cual sea, el objetivo último de la vida será un fin en sí mismo, si no, no sería el objetivo último de la vida. Aplicando la definición anterior de racionalidad, se deduce que el fin último de la vida es irracional, porque no persigue ningún otro fin. De este modo, resulta que todas las acciones que consideramos racionales, no lo son, pues persiguen un objetivo irracional.


Así que al final parece que la racionalidad no es un buen criterio para evaluar el comportamiento humano, pues es igual de racional beber agua cuando tienes sed, que prenderte fuego si tienes calor.

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