martes, 1 de mayo de 2012

Racional


Hoy hace exactamente once meses de mi última entrada publicada, ¡parece un buen día para publicar otra! No sé si empezaré a escribir de forma regular, o este breve articulillo es fruto de un brote repentino de inspiración. De cualquier manera, aquí está.


 Uno de los criterios con los que juzgamos el comportamiento humano es la racionalidad del mismo. La racionalidad es la capacidad de evaluar la situación y reaccionar de la manera idónea para lograr un objetivo. Según esta definición, una acción será racional si nos acerca al objetivo que perseguimos.


 ¿Pero cuál es el objetivo que perseguimos las personas? Hay muchas posibilidades; ser felices, hacer el bien, ir al cielo, o puede que cada persona tenga el suyo propio, da igual, no es la finalidad de esta entrada reflexionar sobre el sentido de la vida. Sea cual sea, el objetivo último de la vida será un fin en sí mismo, si no, no sería el objetivo último de la vida. Aplicando la definición anterior de racionalidad, se deduce que el fin último de la vida es irracional, porque no persigue ningún otro fin. De este modo, resulta que todas las acciones que consideramos racionales, no lo son, pues persiguen un objetivo irracional.


Así que al final parece que la racionalidad no es un buen criterio para evaluar el comportamiento humano, pues es igual de racional beber agua cuando tienes sed, que prenderte fuego si tienes calor.

martes, 31 de mayo de 2011

Arte

¿Tiene el arte alguna característica que lo diferencie claramente? Debe tenerlo, pues cuando lo vemos normalmente lo reconocemos como tal, y no lo confundimos con un objeto común.

Para encontrar una definición de arte, no debemos imponer unos criterios subjetivos que excluyan creaciones que son llamadas arte pero a nosotros no nos gustan, sino que debemos observar que es y ha sido llamado arte a lo largo de la historia, y de esa manera, establecer unos criterios objetivos.

Creo que una de las características imprescindibles para que algo sea reconocido como arte es que ese algo haya sido creado por un ser humano. Es decir, elementos naturales, como paisajes, no son obras de arte, porque son fruto del azar.

Otra característica que creo imprescindible, es que la obra de arte debe ser un mensaje, es decir debe transmitir algo al que la ve/oye/lee. El máximo exponente de esta característica lo encontramos en la literatura, porque el mensaje está explícito (en la poesía no siempre), al contrario que pasa con la pintura, en la que muchas veces, hay que saber interpretar el cuadro. Cuando el arte es abstracto, no tiene un mensaje concreto (obviamente), es decir, este no puede expresarse con palabras. Esto sucede sobretodo en música. Yo considero en estos casos que el mensaje es distinto, es un mensaje estético. Esto quiere decir, que el autor pretende transmitirnos la idea de belleza (a veces de fealdad), a través de su obra. En general todo el arte, transmite algún mensaje estético.

Puesto que el arte es un mensaje, a parte del autor, que es el emisor, debe tener un receptor. Hay controversia sobre si un árbol suena al caer y no hay nadie que lo pueda oír, pero creo que todo el mundo estará de acuerdo, en que si la segunda sinfonía de Beethoven suena en medio de un bosque y nadie lo oye, no es arte, solo son sonidos.

La última característica que considero imprescindible para que algo sea llamado arte, es que sea original, ya sea en su contenido (el mensaje en sí), o en su forma (la forma de transmitir el mensaje). Por ejemplo, el sonido de una campana, a pesar de ser bello, no es arte, porque no es original, es un sonido que se repite siempre igual. En cambio una poesía si es arte, porque aunque hable de algo muy normal o insulso, el lenguaje que utiliza es distinto al lenguaje corriente, es decir es original.

Creo que estos criterios son bastante generales, y que no excluyen a ningún tipo de arte. Por lo tanto considero, que las pautas aquí escritas pueden ser una descripción objetiva de lo que es el arte, al contrario que los que consideran que la definición del arte es subjetiva.

lunes, 30 de mayo de 2011

Como Napoleón

En el pasado estaba muy de moda un los objetos de un determinado metal. Este metal era plateado, brillante, y muy difícil de conseguir, por lo tanto era carísimo, y solo la gente adinerada podía permitírselo. De hecho este metal era tan valioso, que Napoleón Bonaparte, ponía a sus invitados de honor cubertería de este material, mientras que a los demás se tenían que “conformar” con cubiertos de oro.

Este magnífico y preciosísimo metal no es otro que… aluminio. En 1886, se descubrió un método para conseguir aluminio de forma barata, y este dejó de ser un mineral preciado.

Esto muestra, que no se aprecian las cosas por su utilidad o su belleza, sino porque los demás no pueden tenerlo, por su exclusividad. Por eso es más caro un kilo de oro que un kilo de agua, porque aunque el agua es necesaria para vivir, es bastante fácil de conseguir, mientras que el oro es más difícil de conseguir, por lo tanto más caro y por lo tanto menos gente lo tiene.

A día de hoy, aunque ya no tengamos carísimas cuberterías, seguimos adoptando comportamientos similares a los de Napoleón en cuestión de exclusividad. La gente, prefiere comprar objetos de marca, y aunque se diga que es porque son de mejor calidad, o porque lo barato sale caro, es por las ganas de tener algo que “les distinga” de la gente que no puede permitirse productos de marca, por su precio.

Este es un ejemplo más de comportamiento absurdo que solemos adoptar, por no reflexionar un poco sobre nuestro comportamiento. Sobretodo ahora, que estamos de vacas flacas, deberíamos repasar nuestra lista de prioridades. El dinero que se ahorrase podría ir destinado a mejores fines.

Pero por desgracia, no solemos reflexionar sobre nuestro propio comportamiento, y a no ser que las cosas se tuerzan mucho, seguimos actuando como siempre hemos hecho. Además, el ambiente en el que vivimos, no favorece la reflexión ni el cambio, sino que, los anuncios y la cultura consumista piensan por nosotros y nos empujan a permanecer como estamos, lo cual solo es beneficioso para unos pocos.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Extinción Voluntaria

Creo que en general, todo el mundo planea tener hijos. Supongo que es algo biológico o cultural. Pero resulta que no todo el mundo quiere tener hijos, es más, hay gente que lo considera inmoral. Me refiero a los miembros del movimiento por la extinción humana voluntaria.

Este movimiento, considera que la gran cantidad de humanos que puebla el planeta, es perjudicial para el medioambiente, y por lo tanto, la especie humana debe extinguirse. Ellos no están a favor del asesinato ni del aborto, solo insta a sus miembros a no reproducirse.

Este movimiento, considera en iguales términos morales a los humanos y a la biosfera terrestre, ¿es esto correcto?

Todos los sistemas morales, están centrados en el hombre, y pocos consideran a los animales o a las plantas poseedores de derechos. Desde cualquier punto de vista, dañar el medioambiente es malo, principalmente porque al final acabará afectándonos a nosotros negativamente, pero en cambio para este movimiento, proteger el medioambiente no es un medio para protegernos a nosotros, sino un fin en si mismo.

Por otro lado, la solución que proponen (la extinción voluntaria del ser humano), aunque parece muy radical a primera vista, no lo es tanto. Si toda la humanidad se extinguiese, no habría nadie para sufrir las consecuencias, por lo tanto no podría ser moralmente incorrecto. Es verdad que toda la tecnología, la cultura y todo lo que el ser humano ha logrado durante siglos de desarrollo se perdería, pero si no hay nadie al que esto le perjudique, ¿qué más da?

En mi opinión, es bastante improbable que la extinción de la humanidad, si es que alguna vez nos extinguimos, sea voluntaria, pero coincido en que reducir la población mundial redundaría en beneficio (menos contaminación, menos hambre, menos pobreza…)


Aquí dejo el enlace de la página oficial del Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria.

viernes, 20 de mayo de 2011

Paradoja de Teseo

"El barco en el cual volvieron desde Creta Teseo y los jóvenes de Atenas era conservado desde la época de Demetrio de Falero, ya que retiraban las tablas estropeadas y las reemplazaban por unas nuevas y más resistentes, de modo que este barco se había convertido en un ejemplo entre los filósofos sobre la identidad de las cosas que crecen; un grupo defendía que el barco continuaba siendo el mismo, mientras el otro aseguraba que no lo era."

Esta antigua leyenda griega recogida por Plutarco, es la llamada Paradoja de Teseo en la cual se ilustra el conflicto que hay al definir la identidad de las cosas. Si el barco sigue siendo el mismo significa que lo importante para definir la identidad de algo es el total que suman sus partes. Si el barco ha cambiado, lo importante para definir algo es el conjunto de sus partes.

En mi opinión, para resolver esta paradoja, hay que preguntarse que es en realidad un barco. Al hacerlo nos daremos cuenta de que en realidad los barcos no existen, solo son un concepto que nosotros hemos inventado para designar a un conjunto de materiales que han sido unidos para desempeñar una función concreta, que es la de permitirnos viajar por el mar. Algo similar sucede al hablar de un bosque: no puedes ver ni tocar el bosque, porque es una idea que solo existe en nuestra cabeza, pero si puedes ver y tocar los árboles que se agrupan formando lo que nosotros llamamos bosque.

En el caso del barco, podemos decir que existen las tablas de madera que conforman una estructura que nosotros hemos llamado barco, pero en realidad nunca existió el Barco de Teseo, solo estaba en la mente de la gente.

Es algo común que confundamos lo que es real con lo que solo son ideas. Por ejemplo: la gente a veces dice sentirse “orgullosa de ser española” y, en general, considera su nacionalidad como una parte importante de su identidad, pero se está olvidando de que en realidad España no existe, solo existe el territorio que nosotros hemos denominado España. Siguiendo el mismo razonamiento se puede deducir que tampoco existen los españoles, solo existe un grupo de personas, que por vivir en un sitio que hemos llamado España, son llamados españoles.

Solemos inventarnos categorías para agrupar la realidad, lo cual suele ser muy útil (es más cómodo decir “español” que “grupo de personas que viven en un sitio que hemos llamado España”, ¿no?) pero nunca debemos olvidar que esas categorías no son más que ideas, es decir no son reales. Olvidar esto puede llevarnos a la imposibilidad de resolver ciertos problemas, como la paradoja de Teseo, o hacernos caer en actitudes irracionales, como la xenofobia.

sábado, 14 de mayo de 2011

¡Sapere Aude!

“Sapere aude”, el nombre del blog, es una frase latina que significa “atrévete a saber”. Esta expresión la usó Kant al definir la Ilustración, porque según él, la Ilustración supondría un cambio en la mentalidad del hombre, que le haría pensar por si mismo y dejar atrás los dogmatismos que había seguido hasta entonces. El caso es, que un par de siglos después, la mayoría de la gente sigue sin pensar por si misma, y su pensamiento sigue siendo bastante dogmático (aunque los dogmas hayan cambiado).

Por ejemplo, aunque en teoría somos muy progresistas y permisivos, nadie duda en censurar opiniones pro nazi u opiniones machistas. No es que quiera defender el nacional socialismo ni el machismo, lo que quiero recalcar es, que seguimos siendo muy cerrados de mente, y rechazamos cualquier opinión que consideramos incorrecta, sin siquiera razonar. Podéis pensar que el machismo y el nazismo son teorías tan equivocadas y extremistas, que no merece la pena cuestionarse su validez, pero también pensaba así en el siglo XIII la gente, sobre el ateísmo, que era una teoría “completamente descabellada”, de manera que a cualquiera que manifestase algún signo ateo, le quemaban.

Con el anterior ejemplo, quiero mostrar que con el tiempo, las cosas han ido cambiando, pero solo de apariencia, porque en el fondo seguimos igual. Más ejemplos:

Hace unos siglos, había un estamento social, la nobleza, que a pesar de constituir la minoría de la población, concentraba todo el poder y el dinero, mientras la mayoría de la población malvivía como podía con sus escasas posesiones.

Aparentemente esto ha cambiado, es decir, en España por ejemplo, la mayoría de la población sus necesidades básicas más que cubiertas, es decir, comida y vivienda. Pero si en vez de centrarnos en un solo país miramos al mundo entero, veremos que mucha gente apenas tiene para vivir. A mi parecer, solo ha cambiado la situación geográfica de los “ricos” y los “pobres”.

Por lo tanto, yo creo que deberíamos preguntarnos si estas cosas no han cambiado a lo largo de la historia porque aún no han tenido oportunidad, o porque cosas inherentes a la naturaleza humana, como el dogmatismo y la avaricia, lo impiden.

Supongo que no podemos conocer exactamente como influye la naturaleza humana en la historia, así que, ¿quién sabe? A lo mejor dentro de mil años el mundo ha mejorado mucho.